El actor y cineasta Arturo Prins, responsable de filmes como Estado Impuro y Autopsia de un amor, estrena Mechongué, su nuevo cortometraje donde muestra una particular reflexión sobre las relaciones personales en tiempos de distancia social y COVID-19 con elementos propios del realismo mágico.
Mechongué retrata una carretera en la llanura pampeana se convierte en el escenario de un encuentro misterioso entre una jardinera y un viejo andrajoso y vagabundo. Entre ambos surge una comunicación inesperada que lleva a nuestra protagonista a un choque directo con lo incómodo, lo desagradable.
«Escribí este cortometraje —confiesa el director— hace 15 años. Jamás pensé que lo rodaría en tiempos de una pandemia, donde el miedo al contacto cercano se ha apoderado de todo. Para mí representa un elogio a la generosidad espontánea, sin cálculos, valiente, que no sólo recompensa al otro sino también a uno mismo. En tiempos donde la empatía brilla por su ausencia y el rechazo a lo desconocido tiende a la conducta de ser fuerte con el débil y débil ante el fuerte, esta historia me recuerda a la de El buen samaritano o La Bella y la Bestia, a cuentos sacados de Las mil y una noches, en definitiva, una invitación a la calidez de un corazón generoso».
Este corto ha sido producido por Monoconavaja Films, y ha ganado el premio al Mejor Cortometraje en el Gangtok International Film Festival, y también fue seleccionado para el Noble International Film Festival And Awards.
Mechongué se podrá ver en salas españolas a finales de octubre, formando programa doble con el largometraje documental Under The Banyan Tree, una película también dirigida por Arturo Prins que cuenta una versión políticamente incorrecta de lo que fue la colonización española y americana de las islas Filipinas.